miércoles, 9 de marzo de 2011

Capitulo primero: El Anfitrion









Para poder relatar mi viaje al Kilómetro 88 de Las Claritas, debo comenzar por hablar de quien fue mi guia y mi anfitrión en este pueblo, El señor Raúl de la Cueva. El periodiquero del 88.

El señor de la Cueva es un comerciante mas de la zona, debajo de un llamativo sombrero y detrás de una muy poblada aunque limpia y cuidada barba, armado con un pito o silbato se dedica a vender la prensa del día, esto nada tendría de extraño si fuera un vendedor de periódicos normal, común y corriente, pero no lo es, de por si su aspecto llama mucho la atención, el sonido del pito ya anuncia con antelación su llegada, todos sus clientes lo esperan ansiosos en la puerta de sus casas o negocios, pero el interés principal no es precisamente el periódico, si no mas bien como el periodiquero pregona la noticia mas importante del día, dándole un toque de humor sarcástico, casi bizarro que muy pocos entienden pero que a todos lescausa risa.

Recuerdo muy bien su forma de anunciar una de las tantas noticias de homicidio que llenan las paginas de cualquier periódico de circularon nacional o regional, nada de particular, pero esa misma noticia en boca del señor de la Cueva, sonaba mas o menos así "De preciso, mortífero, letal y certero tiro en la cabeza lo matarooon, no bebía, no fumaba, no era mujeriegooo, había que matarloooo" y así una noticia triste y que resalta la violencia actual del país, se convierte en una anécdota jocosa que sera comentada todo el día por los clientes del periodiquero.

En horas de latarde cuando ya vendió toda la cuota de periódicos se dedica al menudeo ambulante de cuanta cosa se le ocurra, es común verlo vender productos de Avon, tarjetas de prepago telefónico, dulces artesanales o el mas nuevo producto que son los billetes de lotería, al módico precio de uno por 30 bolívares y dos por cincuenta, eso si, advirtiendo siempre a los clientes que "Hay que jugarlo con fe" de otra manera se pierde la suerte, particularmente en cuestión de fe siempre he tenido mis dudas, así que para evitarme malos ratos y decepciones no juego lotería alguna o me mezclo con juegos de azar. pero volvamos al relato del periodiquero.

Sin duda es el personaje mas excentrico del pueblo, pero excentrico de verdad, cuando no esta dedicado a la venta al detal, facilmente se le puede encontrar dedicado de lleno a promover las pocas actividades culturales del pueblo, los niños del grupo folclórico de la escuela local siempre le agradecen que haya ido a animar el día de la presentación del baile tradicional, yo lo vi afuera de la medicatura del pueblo repartiendo folletos gratuitos sobre como prevenir la malaria, el VIH o algún temible y devastador azote al grito de "cuidese de ser como el pavoso, vacunese, hierva el agua, lavese las manos y sera un cadáver limpiooooo" por supuesto una forma extraña de llamar a la conciencia sobre cosas básicas de la salud, pero efectiva, la gente se amontonaba para recibir estos folletos, leerlos en casa y con algo depaciencia poner en practica uno o dos consejos alli escritos.

Son muchas las personas que se preguntan quien es en realidad el periodiquero y porque llego al pueblo hace ya diez años, así mismo son muchas las teorías de porque llego allí y muchas las versiones de quien es en realidad, algunos lo vinculan con personajes importantes de gobiernos anteriores y que al verse sin poder político de la noche a la mañana perdió la razón y fue a parar allí porque no tenia otra opción, otros aseguran que era doctor un famoso cirujano cardio vascular pero que perdió un paciente en medio de la operación, dicho paciente estaba vinculado con personas poderosas que lo mandaron a matar y por eso se escondió en el pueblo y usa esa barba, para no ser reconocido, hay quienes aseguran que es un profesor universitario jubilado, otros dicen que fue piloto de helicópteros, en realidad hay tantas versiones y teorías como personas lo conocen, el periodiquero para que la gente no pierda el interés que le tienen no confirma ninguna de estas teorías, pero tampoco las desmiente.

Todo el pueblo lo conoce de nombre y trato, si no al menos de vista, y así lo pude comprobar apenas baje del autobús en el pueblo, un lugar totalmente desconocido para mi, por lo tanto un lugar temible, apenas baje una señora que vendía empanadas me llamo y dijo "¿tu eres el caraqueño? Raúl ya viene, tiene a varias personas en el pueblo vigilando la llegada del autobús para que no te pierdas" así que desde que llegue yo también era famoso solo por estar en compañía de Raúl de la Cueva, el periodiquero del 88, fueron cientos de personas a las que me presento, miles los sitios interesantes que me mostró del pueblo y sus alrededores, sitios que yo jamas hubiera conocido de tener una guia turística de la quintero o seguir un tour, conocí todo el proceso de extracción del oro, comí comida exótica que jamas pensé en probar,fauna que jamas pense que existia, aun asi no me fie mucho de lo que me dijo, a pesar de conocerlo hace ya 30 años, yo tampoco se cuando miente y cuando dice la verdad. Aun asi fue el mejor anfitrion y guia que pude desear, solo espero poder ir de nuevo al 88 y que el periodiquero me vuelva a llevar a todos los sitios extraños que solo el conoce. Sin duda una excursion agradable en compañia del periodiquero del 88, el señor Raúl de la Cueva... mi padre.





martes, 8 de marzo de 2011

El viaje



Rescate este blog de donde lo tenía olvidado, sin duda algún lugar oscuro y frió de mi memoria, para poner algunas cosas que he hecho últimamente, relatare la historia de un viaje por tierra hasta la frontera Venezuela - Brasil, y mi estadía en un pueblo minero llamado simplemente el 88.

El 88 (que en realidad es el kilómetro 88 de las claritas) es un pueblo minero de los tantos que hay en el estado Bolívar, en medio de la nada, lejos de todo, esta mas allá de Guasipati, del Callao y de Tumeremo, en las pocas guías turísticas que donde lo mencionan simplemente lo describen como "ultima oportunidad de cargar gasolina antes de partir a la gran sabana". No es un pueblo bonito, pero tampoco es feo, es más bien pintoresco.

Es un pueblo que vive exclusivamente del oro, la minería ilegal es el motor principal del pueblo, quienes no viven de la minería, entonces viven de venderle productos a los mineros, o de ofrecer algún servicio a estos, no se produce nada, salvo la deforestación típica de la minería ilegal que se hace frente a los ojos pasivos del ejercito o guardia nacional.

Como dije antes no es un pueblo bonito, como buen pueblo minero y casi fronterizo conviven cualquier cantidad de culturas, desde los indios pemones nativos de la zona, los inmigrantes brasileros y colombianos en su mayoría aunque también conocí a un peruano y a cuatro chilenos, no mas, también están los criollos, los blancos de la capital que se fueron un día con la idea de hacer fortuna, cosa que muy pocos logran, ya que como dicen el oro esta maldito (aunque de eso hablare en una próxima entrada). Es sin duda un pueblo amigable, la calle principal esta asfaltada hasta la mitad, la otra mitad sigue esperando por la empresa contratista que en el año 2001 dijeron que iban a buscar más material a Caracas, así se quedo, mitad asfalto mitad tierra, aun así a nadie parece molestarle demasiado.

Como dije es un pueblo amigable y así lo comprobé al dejar olvidada mi cámara fotográfica en alguna esquina y que la gente haya tenido la amabilidad de guardarla y devolvérmela cuando volví a esa misma esquina al día siguiente aun cuando ya la daba por perdida, si esto me hubiera pasado en Caracas jamás hubiera vuelto a ver mi cámara. No solo eso, comprobé además que no había delincuencia, siendo un pueblo pequeño todo el mundo se conocía, todo el mundo sabía quién era quien así que un choro no tenía mucho que hacer ahí, supongo que si alguien se atrevía a robar, podría darse por muerto, pero es que también hay algo más peculiar en este pueblo, NO HAY HAMBRE, no puedo definirlo como pobreza o riqueza, es solo que no hay hambre, los mineros con las ganancias de ese oro maldito siempre tienen los bolsillos llenos de fajos enormes de billetes de a cien bolívares, mismos bolsillos que pertenecen a un pantalón de jean, gastado y sucio, la ultima vez que ese pantalón vio una lavadora fue hace diez años cuando fue comprado. así es el kilometro 88 de las claritas, como yo lo veo es el pueblo de los pobres con dinero, con mucho dinero, no hay lujos, pero si abundancia, no hay pobreza, ni delincuencia, tampoco una biblioteca o un centro cultural, en cambio si hay decenas de iglesias evangélicas, pentecostales, bautistas, mormonas, neo evangélicas, aun así tanto feligreses como pastores amanecen borrachos hasta la medula el día sábado, el domingo le piden perdón a Dios y son santos hasta el viernes que vuelven a tomar cerveza en la currutela, como dije antes, no hay hambre ni delincuencia. Si hay alguien necesitado, todos sus vecinos, unos más que otros colaboraran para que coma y que vaya al médico, según yo veo las cosas es un pueblo lleno de contradicciones. Un lugar digno de visitar siempre y cuando no esperen nada cinco estrellas. Solo hay que lanzarse a la aventura y ver qué es lo que está en el camino. Comederos a orilla de la carretera u hoteles de baja categoría son lo común, solo es necesario pedir las cosas con amabilidad y algo de ingenio y seremos tratados como reyes. Así es la vida en el Kilometro 88 de Las Claritas.

Hasta la próxima.